jueves, 5 de junio de 2014

Descubren un nuevo tipo de planeta: la "mega-Tierra".

Astrónomos del Instituto Harvard-Smithsonian (EEUU) han descubierto un nuevo tipo de planeta: un mundo rocoso con una masa 17 veces mayor que la Tierra, al que han bautizado como mega-Tierra. Los científicos pensaban que ese tipo de mundos no se podia formar porque atraparía demasiado hidrógeno durante su formación y terminaría siendo un gigante gaseoso como Júpiter.

"Nos hemos quedado muy sorprendidos cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos encontrado", ha indicado el autor principal del trabajo, Xavier Dumusque. "Es el Godzilla de tierras. Pero a diferencia del monstruo de la película, Kepler-10c -como se le ha llamado- tiene implicaciones positivas para la vida", ha añadido.

La recién descubierta mega-Tierra circunda una estrella similar al Sol una vez cada 45 días. Se encuentra a unos 560 años luz de la Tierra en la constelación Draco. Como su nombre indica, Kepler-10c fue descubierto originalmente por el telescopio espacial Kepler de la NASA, que busca planetas fuera del Sistema Solar a través del método del tránsito: detectan disminuciones de brillo de una estrella cuando el planeta pasa por delante de ella. Este método observacional también puede ser empleado con equipos relativamente modestos, como los que están al alcance de muchos aficionados y en observatorios como e-EyE.

Con el método del tránsito, se puede calcular el tamaño físico del planeta. Sin embargo, el  Kepler es incapaz de determinar si un planeta es rocoso o gaseoso.

Según determina el trabajo, que ha sido presentado ante la Sociedad Astronómica Americana (AAS), Kepler-10c tiene un diámetro de cerca de 29.000 kilómetros, 2,3 veces más grande que la Tierra. Por lo que en un principio se creyó que se trataba de un ejemplo de mini-Neptunos, que tienen carcasa gruesa, pero son gaseosos.

Para llevar a cabo este trabajo, el equipo usó el instrumento HARPS-North en el Telescopio Nazionale Galileo (TNG) en las Islas Canarias a fin de medir la masa de Kepler-10c. Gracias a los datos obtenidos encontraron que pesaba 17 veces más que la Tierra, una cifra mucho más alta de lo esperado. Esto mostró que Kepler-10c debe tener una composición densa de rocas y otros sólidos.


La edad del sistema Kepler-10 es de alrededor 11 mil millones de años, lo que significa que se formó 3 mil millones de años después del Big Bang. El Universo temprano solo contenía hidrógeno y helio, de manera que los elementos más pesados para formar planetas rocosos como el silicio y el hierro, se tuvieron que haber originado en las primeras generaciones de estrellas. Cuando dichas estrellas acabaron su vida en una explosion, esparcieron esos átomos nuevos en el espacio, para ser incorporados en generaciones posteriors de estrellas y planetas.


Concepción artística del planeta Kepler-10c, en primer plano, con el satélite de lava de color rojo y al fondo la estrella madre.